Pagando por ello es un cómic creado por el dibujante canadiense Chester Brown en el que, a partir de sus propias vivencias, reflexiona de una manera profunda sobre las relaciones de pareja, el amor romántico y la prostitución, sometiendo a un análisis racional y coherente todos aquellos planteamientos que a menudo surgen en estos ámbitos donde las necesidades sexuales se hayan muy presentes.
Seguro ya sabes que en mi trilogía de artículos sobre la sabiduría de amar he tratado extensamente el tema de las relaciones de pareja, analizando el papel que en ellas desempeñan factores como el amor romántico, el apego, la autoestima o la dignidad; pues bien, hoy te traigo una obra en formato cómic que nos muestra claramente el nexo existente entre este tipo de relaciones y un asunto delicado como es la prostitución: la necesidad de sexo.
Pagando Por Ello
Pagando por ello (por sexo se entiende) es un cómic muy personal con un dibujo extremadamente sencillo y expresivo que se convierte en una de sus virtudes, y que aborda con suma naturalidad los delicados temas mencionados dadas sus amplias implicaciones morales. Claro, directo, racional y reflexivo son los adjetivos que se me ocurren para empezar a describirlo.
Al estar basado en la experiencia propia de su autor a lo largo de varios años, nos enseña como es la evolución real de esta persona en sus relaciones personales, sobretodo en los campos de lo emocional y lo sexual, y cuales son las inquietudes y contradicciones que debe enfrentar, y sus sesudas reflexiones al respecto. Una especie de búsqueda personal de equilibrio entre los dos fieros contendientes (emociones y sexo).
Empieza planteándose el por qué las relaciones de pareja han de estar “sometidas” al paradigma del amor romántico, y cuales son las consecuencias que ello tiene para las personas implicadas, reflexionando sobre otras alternativas para relacionarse a su modo de ver mucho más sanas y coherentes.
Diría que su postura es de una lógica aplastante y un “zas en toda la boca” a la idea tradicional de que el romanticismo y su “forma de amar” debería imperar en nuestras relaciones para llevarlas a buen puerto, aunque yo ya tenga bastante claro que el “hasta que la muerte nos separe” lo que consigue más bien es que vayamos a la deriva.
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Reconociendo el autor que no es ningún Adonis, ni tampoco demasiado diestro en el complicado asunto del ligoteo, pero que desea seguir satisfaciendo con regularidad sus necesidades sexuales con las mujeres, nos introduce el sexo de pago en la ecuación.
Y es a través de su iniciación y posterior travesía por el mundo de la prostitución, bastante extensa y muy bien detallada (tanto narrativa como gráficamente), que pone sobre la mesa la multitud de estigmas y de dilemas morales que existen en torno a este asunto, reflexionando sobre ellos de una manera argumentada y coherente.
A lo largo del cómic deja muy claro que su postura está a favor de la normalización de la prostitución (que no de su legalización), y que ésta sería la mejor forma de solucionar la mayoría de los males que actualmente la aquejan, y que condenan a muchas de las mujeres que la practican a la esclavitud sexual y/o al ostracismo social (y también a los hombres por cierto).
La prostitución es un tema de raíces tan antiguas como siempre de actualidad, siempre polémico, por lo que si te apetece darle un repaso actual a través de una mirada racional y reflexiva, a veces transgresora, pero siempre argumentada, no dejes de leer este cómic.
Y si te estás preguntando si “pagando por ello” te va a servir para masturbarte, la respuesta es que sí, ya que se trata de un masaje intelectual en toda regla que culmina en un clímax de absoluta masturbación mental. Y ni se te ocurra pasar sin leer los apéndices y las notas finales, que lo mismo te quedas a medias, y ya sabes lo mucho que eso incomoda .
Por si aún tienes dudas, para terminar de animarte a leerlo te dejo un análisis un poco más exhaustivo realizado sobre él en uno de mis magazines favoritos.
El cómic puedes encontrarlo por ejemplo aquí
Sexo, Verdades y Prostitución
Muy relacionado con los temas que aborda el cómic, me he topado recientemente con una entrevista muy interesante realizada a una prostituta independiente que ejerce libremente, y que empieza de la siguiente forma:
“Prostituta independiente que no lleva una vida secreta. No sigo las normas sociales. Un poco cavernícola. Siempre hago lo que quiero”. Así se presenta Natalia Ferrari Díaz (Tandil, Argentina, 1992) en su perfil de Twitter. Residente en Barcelona desde hace una década, mantiene una web personal y publica regularmente textos divulgativos para acabar con los estigmas que rodean a la prostitución. Natalia recibe en pisos, va a hoteles y habla con naturalidad de la profesión que ha elegido, de su pensamiento feminista y de la necesidad de diferenciar entre prostitución y trata.”
Te lo menciono porque también te recomiendo encarecidamente su lectura. Su enfoque no tiene desperdicio además de que coincide casi totalmente con los planteamientos expresados en el cómic, y con los que yo mismo me identifico. Y para muestra…
“La trata y la prostitución son dos cosas distintas. Si yo te ato una cadena al pie y te obligo a cocinar, tú no eres un cocinero y tu situación no es representativa de esa profesión. Si no dejas que las asociaciones sean portavoces, estás negando la realidad de esas mujeres, y estás negando sus derechos sociales y laborales, estás fomentando el estigma, estás animando a que tengan una doble vida y que vivan con la sensación de que están haciendo algo horrible y de que nadie las va a querer y de que no van a tener oportunidades en su vida. Tienes que dejar que esas asociaciones eduquen a los clientes, eduquen a las putas… y que contra la trata se luche legalmente, porque es otra cosa.”
Y como una cosa lleva a la otra (por lo menos en mi caso ), esta entrevista me ha conducido a otro artículo escrito por esta misma chica titulado 10 consejos para ser un buen putero, dónde se dedica a hacer recomendaciones de conducta a los hombres que demanden este tipo de servicios porque, según ella misma argumenta:
“Después de dos años me he dado cuenta de que es necesario educar a los clientes. Y también para contrarrestar las cosas públicas que hay sobre la prostitución, porque es muy común que algunos clientes escriban experiencias que han tenido con las putas. Desde el anonimato es normal que digan barbaridades. Entonces, si tú no sabes nada sobre la prostitución y te encuentras eso, ¿qué vas a pensar?. Es normal que haya gente que piense “ninguna mujer quiere eso”. El problema es que mis clientes no son así, pero no escriben en foros. O escriben en foros de esa manera porque eso es lo que creen que tienen que hacer. Me parece injusto que el retrato de la prostitución lo creen personas que puntúan mi cara del 1 al 10.”
Y cuya introducción es la que sigue:
“Se llama putero a quien consume prostitución. Sin más. No implica una periodicidad continuada ni tiene ninguna connotación negativa a no ser claro, que se la añadas. En caso de que lo hagas no estaría de más preguntarte por qué. Como cliente puedes abrazar el término o rechazarlo, mi opinión personal es que cuando hacemos lo segundo el resto del mundo encuentra el derecho de apropiase de él y al igual que han hecho con la palabra puta, lo convierten en algo malo. Porque no me parece justo, me niego a usar eufemismos ridículos. Como humano puedes denominarte a ti mismo como quieras, faltaría más, pero si estás pensando en pagarle a una prostituta o alguna vez lo has hecho, te estoy escribiendo a ti.”
¿Todavía no te he convencido para “devorar” todo este material?
Pues nada, lo dejo entonces en sus manos… (o en algo suyo por lo menos )
[Foto de Natalia Ferrari]
El artículo Pagando Por Ello: Sexo, Verdades y Prostitución ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.